"My people, I have a question"

Y qué tal si una piedra luego de haber sido frotada contra un papel por 45 veces se transforma en sillón?

Y si escribiendo 456.789.321 veces “te amo” en la parte de atrás de un asiento de colectivo, miles de aceitunas crecieran en diagonal sobre un roble hasta que confiesen odio eterno hacia los jubilados?

O qué pasaría si una vez que se termine de girar 7 veces derecha, 34 izquierda luego 12 derecha y una izquierda más sobre el mismo talón, un perro en Pompeya ladre tan alto que te provoque una carcajada tan fuerte de manera tal que tu flequillo bese tu frente tantas veces hasta enamorarla y los labios de él mueran de envidia?

Mientras pensaba esto, una piedra cayó sobre mi cabeza y rodó hasta mi falda.
La sostuve entre las yemas de mis dedos, entre mis dedos y entre mis manos por un buen tiempo, pero preferí mantener el misterio.

Berni decidió arte, yo soy de las cagonas.

Lo extraño de encontrarse en un espacio oscuro no es el hecho de no saber hasta dónde llegan tus límites de reconocimiento accional-ubicacional.

Lo extraño es la desesperación que puede tomar mi cuerpo, la transpiración que corre por mi mente ante el inmedible encuentro entre la solitaria y débil realidad frente al incandescente imaginario.
Ese golpe de agua congelada en la nuca me deja perpleja.

Mi cabeza comienza a maquinar miles y miles de situaciones, conflictos, esquemas y desenlaces terriblemente austeros para mi salud mental, quien se auto-juega una mala pasada durante todo el proceso.

El detalle es que no sólo imagino ladrones, asesinos, o monstruosas formaciones, lo que puede pasar durante todo el trayecto de mi oscuro viaje, es indescriptible, ilógico y hasta muy estúpido.
Puede o no estar relacionado con imágenes u hechos reales y ciertamente posibles, pero en mayor medida, no tienen algún sentido y mucho menos no tienen la intención de hacer de mi estadía un grato recuerdo.



Lo peor es que me hago la interesante, porque quizá todo este momento ese invento de cruce de tigre con gárgola y bicileta, cuernos brillantes, azul el plumaje y pico con colores menos llamativos que la dimensión de su dentadura, quería sólo pasar, quería sólo seguir su camino y no, ella tenía que asumir que venía tras ella, que era para devorarla y que todo el objetivo en la vida de esta criatura, era ella.

Eso es insultar y ofender la educación y el desarrollo mental de mi acompañante en ese momento, quizá su mayor meta es convertirse en un flamante escribano y el día en que corría tras su título, yo me interpuse desinteresadamente.

Es por eso que yo le pido don señor imaginario, yo le voy a pagar la renta si eso lo que usted pretendió todos estos años, pero por favor, vayámos a tomar un café al barcito de la esquina que de seguro tiene unos asientos mucho más cómodos que los confines de mi pasillo a las 4 y 23 am.